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Cuatro pasos para decir ‘NO’ en la oficina

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Tengo que confesar que muchas veces durante mi vida profesional asumí muchas responsabilidades, tareas y proyectos que escapaban a mis funciones o al tiempo del cual disponía. Entregué informes para los cuales hubiera deseado tener un mayor plazo, otras veces madrugué por compromisos que ni siquiera pertenecían a mi campo de acción.   Estaba tan enfocada en tener una carrera exitosa que tendía a decir SI a todo, sin medir de qué trataba el encargo o si contaba con las competencias para desarrollarlo.  Me cargué de mucho trabajo, muchas veces perjudicando mis propias funciones, hoy seguramente hubiera hecho algunas cosas diferentes.

 

Hacer un buen trabajo, tener una voluntad de servicio y actuar en equipo son excelentes cualidades.  Aceptar trabajo extra para aprender, para mostrar compromiso o para colaborar con alguien serán siempre excelentes virtudes, pero cuando estás disponible 24/7, incluso contra tus propios proyectos, cuando esos pedidos te distraen del objetivo principal, cuando dices que si a todo y a todos, se puede volver un problema.

 

Si bien desde entonces he aprendido que decir NO es muchas veces lo mejor, no es fácil de ejecutar.  Y aunque en muchas ocasiones nos sintamos incómodos de decir NO a nuestros jefes, compañeros de trabajo o clientes, existen innumerables maneras de hacerlo manteniendo una relación sana y respetuosa.  El secreto, como muchas veces sucede, pasa por la forma.

 

Afortunadamente existen muchas recomendaciones al respecto, todas relacionadas a mostrar argumentos de una manera diplomática, a la vez asertiva y directa.  Comparto acá algunas sugerencias.

 

 1. Evalúa la situación.

Antes de responder un si o no, date el tiempo de evaluar el pedido.  Determina qué tan interesante puede resultar para ti en términos de aprendizaje y compromiso.  Si la respuesta es positiva evalúa si es posible realizarlo, piensa en las obligaciones asumidas, en los objetivos concretos para cada una, ¿existe una forma de hacerlo sin comprometer tus responsabilidades? ¿puede alguien ayudar?  ¿qué tan importante es esto para la otra parte? ¿para la empresa?  No digas no, sin antes haber revisado bien las posibles alternativas.  El objetivo es entender todos los ángulos y las repercusiones que un “no” podría implicar.

 

2. Sé directo y asertivo

Si concluyes que no tienes el deseo o la capacidad real de ayudar, entonces lo mejor es ser honesto y transparente con respecto a tus razones.  Muchas veces damos justificaciones muy ligeras pensando que la otra parte puede ofenderse cuando en realidad en la mayoría de los casos es mucho más conveniente ser directo, compartiendo incluso tu contexto de carga laboral, “tengo compromisos asumidos y lo que me pides no me va a permitir hacer un buen trabajo en esto ni en los otros trabajos que tengo encaminados”.  La forma en la que das un NO es muy importante.  No hagas que la otra persona se sienta mal de pedirte ayuda, a la vez sé firme.  Toma conciencia de tu tono y lenguaje corporal, con un lenguaje neutral basta.  Ocúpate de no abrigar falsas expectativas, muchas veces para suavizar el mensaje dejamos la ventana abierta a la insistencia y presión.

 

3. Ofrece alternativas

Para mantener una buena relación con la persona involucrada es importante ser empático y reconocer a la contraparte.  “Me imagino lo importante que esto es para ti y entiendo las dificultades que esto te genera”.  La otra persona no estará a gusto con tu respuesta, pero al menos se sentirá entendido.  Muchas veces hay otras formas mínimas de ayudar como participar de una reunión de ideas, hacer revisiones sencillas u otras que se te ocurran y puedas ofrecer.  El objetivo es que aun diciendo un NO, exista un espíritu de equipo.

 

4. Maneja tus expectativas

Va a suceder que en algunas oportunidades tu cliente o compañero no esté satisfecho con tu respuesta y puede que responda de distintas maneras que te hagan sentir mal. Puedes hacer todo lo posible por decir las cosas bien, no puedes controlar cómo reaccione el otro y tampoco puedes satisfacer a todos.  No mires estas situaciones como blanco o negro.  Es natural que la reacción inicial a una negativa no sea la mejor, tampoco va a durar para siempre.

 

 

Por último, si la asertividad es un territorio donde no te sientes cómodo, practica.  Hazlo en voz alta, escúchate hasta que salga natural.   Decir NO de manera diplomática es una habilidad que se puede aprender y te ayudará a enfocarte en lo importante para ti, para tu carrera y para tu empresa.

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