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¿Es momento de renunciar?

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En algunas ocasiones, a lo largo de mi recorrido profesional, me quedé en posiciones que no disfruté o no me hacían feliz.  Recuerdo una en especial que no calzaba conmigo ni con mi forma de ver la vida.  Hacía esfuerzos inmensos por intentar adaptarme a la cultura de la empresa y a las responsabilidades del puesto, pero me costaba muchísimo y el desgaste era tan grande que llegó incluso a afectar mi vida personal.

Hoy, muchas veces me atrapo pensando “Cómo no supe entonces lo que conozco hoy…” .  Seguramente no gano nada con esa pregunta, por eso quiero compartir mi experiencia personal y lo que veo en algunos de mis clientes en caso te estés preguntando lo mismo, ¡tal vez te pueda servir a ti!

 

¿LLEGÓ EL MOMENTO DE CERRAR ESA PUERTA?  ¿CÓMO SABERLO?

 

En primer lugar, es importante que reconozcas que dentro de todo este nudo de decisiones existen también factores emocionales a considerar y que podrían estar frenándote o excusando la decisión: preocupación sobre el dinero, autoestima, confusión sobre qué camino tomar, resistencia a empezar de cero en una nueva posición o incluso (y natural) miedo, puro miedo.  Con esto en cuenta es también importante evaluar la situación y a partir de un análisis honesto tomar acción.  Recuerda que al decidir dar el salto no necesariamente estás decidiendo renunciar mañana, no te agobies por eso.  Puede que a la luz de la decisión, veas que existen algunas acciones a emprender antes de hacerlo y te des el tiempo para realizarlas.  Lo importante es hacerte responsable de tu carrera, de hacia dónde quieres dirigirla y sobre todo, definir el nivel de satisfacción que quieres obtener de ella.

 

Acá algunas ideas que te ayudarán en la evaluación:

 

#1.  La mayor parte del día estás fastidiado y no disfrutas tu trabajo.

Es natural tener etapas difíciles en el trabajo, estamos hablando acá de un malestar profundo durante casi todo el día, de que sufres para ir a la oficina, de que los lunes te abruman.  ¿Estás la mayor parte del tiempo infeliz, deprimido, aburrido y sintiéndote maltratado o no valorado?  ¿Te preguntas frecuentemente cómo es que terminaste acá o fantaseas sobre otras opciones?

Seguramente necesitas un cambio.  Nuestras emociones están para mostrarnos algo que necesitamos resolver, no dejes de mirarlas.  Recuerda que ser empleable no es sinónimo de ser infeliz.

 

#2.  No te emociona el siguiente paso en tu empresa.

Mira a tu alrededor, sobre todo a los que están profesionalmente por arriba tuyo.  Seguramente interactuas con ellos diariamente por lo que puedes tener una idea sobre cómo desarrollan su trabajo.  ¿Te gustaría estar ahí?

Si no logras pensar en una sola posición por encima de la tuya que te emocione, que te motive lograr, tal vez es momento de planear tu salida.  Todos necesitamos saber que vamos hacia algún lado, si no sientes ese llamado dentro de tu empresa seguramente sea momento de evaluar otra empresa o un cambio de carrera.

 

#3.  Las competencias que requieres para la posición no son “lo tuyo” o lo que disfrutas.

Las habilidades que posees no necesariamente van de la mano con las tareas que disfrutas hacer.  Por ejemplo, puedes ser muy bueno analizando hojas de cálculo pero odias hacerlo.

Es fundamental conocer tus fortalezas y debilidades, hacer tu FODA personal.  Si tu trabajo te pide que realices eso en lo que no eres bueno o no disfrutas, serás infeliz siempre y requerirás de grandes esfuerzos que te dejarán extenuado, además de minar tu autoestima.

 

#4.  Tu frustración profesional está afectando tu vida personal.

Esto es muy importante de notar.  Si estás tan insatisfecho con tu carrera y tu vida profesional que está afectando otros aspectos de tu vida, es sin duda el momento de buscar el cambio.

En el peor de los casos, nuestras carreras nos permiten ganar un sueldo y una calidad de vida promedio.  En el mejor de los escenarios, completan nuestro deseo de progresar, generar un cambio y contribuir a la sociedad a través de nuestros talentos.  Nuestras carreras pueden ser una fuente constante de alegría y satisfacción, ¿no nos merecemos eso luego de todos los estudios y esfuerzos realizados?

 

#5.  Sientes que es momento de marcharte.

No ignores lo que tu intuición pueda estar mostrándote.  Nadie conoce tus condiciones mejor que tú.  Si empiezas a sentir que tal vez estarías mejor en otro lugar, escucha tu intuición e inicia el trabajo de exploración de alternativas.

 

El listado es infinito y sólo tú conoces tu contexto.  Lo importante es hacer el análisis sobre lo que es bueno para ti y para tu carrera.  Tomar la decisión no significa renunciar mañana, sino preparar ese siguiente paso de manera consciente, asegurando todos esos factores que son importantes para ti.  No dejes que el miedo invente excusas para una vida profesional insatisfactoria, el costo es muy alto.

Existen muchísimos profesionales como tu que aún con miedo se atreven y planean sus siguientes pasos, otros permanecen anclados en un trabajo insatisfactorio paralizados por lo que pueda pasar.  Otros, esperan que llegue una situación que los obligue a tomar medidas urgentes, y otros llegan al final de sus carreras preguntándose si valió la pena tanto sacrificio.  ¿Cuál quieres ser tú?

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